Ubicado en el Sector Alta Vista, de la
Parroquia Sucre, Municipio Libertador, Catia, Caracas.
Prof. Ignacio De
Sousa
Vocero de
Educación
Consejo Comunal
El Caribe
Julio 2014
A continuación se plantea conocer la comunidad y
comprenderla a través de la visión de los actores del proceso, luego se busca
transformar esa realidad para el mejoramiento de los grupos o individuos
implicados, por lo tanto, los problemas parten de la realidad, es decir
existen, y las soluciones se construyen
en consenso a través del diálogo intersujetivo del colectivo.
En este sentido, es importante destacar el planteamiento
de Ander-Egg (1.999) al referirse a la guía práctica para realizar un estudio
de comunidades en un área de intervención, señalando:
“… no pretendemos dar… una exhaustiva explicación de todos los aspectos que habría que
considerar en el estudio sistemático y global de una comunidad… lo que
presentamos es un esquema o una estructura general de los diferentes aspectos
que pudiesen comprender la realización del
estudio de una comunidad… hay que adaptar y simplificar esta guía…cada
circunstancia concreta habrá que escoger los problemas que se han de estudiar
de acuerdo con las características del programa, o investigar aquellos que son
más significativos en función de lo que se quiere realizar. Sin Embargo, aunque
sólo se investiguen algunos aspectos, éstos hay que estudiarlos…teniendo en
cuenta que toda comunidad es un sistema complejo en sí misma.” (Pág. 27)
El autor hace referencia que no se debe tomar
literalmente la propuesta presentada para realizar un estudio de comunidades en
un área de intervención, debido a la complejidad mostrada por cada comunidad,
así como las características de cada estudio, señalando además que pueden
existir aspectos que por una u otra razón no fueron tomados en cuenta, pudiendo
ser incorporados por cada investigador
si éste así lo considera. Bajo estas premisas y recomendaciones, el
investigador del presente estudio, realizó un ajuste al esquema presentado por
el autor, según los objetivos planteados
y las características propias de la comunidad en estudio.
El primer aspecto que señala Ander-Egg (Ob.cit.), en el
esquema de la guía práctica para realizar un estudio de comunidades en un área
de intervención, el cual se adapta a los objetivos de la investigación y las
características de la comunidad en estudio,
es el Perfil Territorial, el cual consiste básicamente en “la
localización de la comunidad mediante su representación cartográfica y el
análisis de las estructuras físicas fundamentales”.
De seguida se
presenta, un estudio del Perfil Territorial de la Comunidad El Caribe, apoyado
en referentes teóricos, opiniones de informantes clave y citas de documentos
analizados, los cuales serán referenciados, según sea el caso.
Perfil
Territorial
Localización
de la Comunidad El Caribe
La Comunidad El Caribe está localizada en la ciudad de
Caracas, Distrito Capital, Venezuela, específicamente al Oeste de Caracas, en
la Parroquia Sucre, conocida popularmente como Catia, encontrándose dentro del
sector de Altavista.
Al norte limita con la parte alta de Altavista y el Parque Nacional Waraira Repano, conocido
desde 1.778 hasta el 7 de mayo de 2011 como Parque Nacional El Ávila. Al sur,
la comunidad El Caribe limita con la Av. Sucre de Catia y el Parque del Oeste
Alí Primera, al este con los sectores de Cútira y Ruperto Lugo y al oeste con
la calle El Refugio y la Calle principal del sector Altavista, estando más al
sur la Carretera Vieja de la Guaira y la Autopista Caracas – La Guaira.
(FUNDACOMUNAL; 2010)
En la fotografía aérea mostrada en el gráfico No 1, se
puede observar los límites de la Comunidad El Caribe, y otros puntos de
referencia, como el Parque del Oeste Alí Primera, la Sede Rectoral de la UPEL,
La Autopista Caracas-La Guaira, la Plaza de Catia, entre otras.
En cuanto a las arterias viales, El Caribe está compuesto
por tres calles identificadas como primera calle o calle principal, segunda
calle y tercera calle. Los informantes claves delimitan la primera calle desde
la Av. Sucre, llegando hasta la bodega La Liberal, la segunda calle parte de
una intersección de la calle El Refugio terminando en la parte alta de Alta
Vista, siendo la calle más larga de la comunidad y por ende la que posee mayor
población. La tercera calle parte desde Cútira, interceptándose con la segunda
calle a la altura del Frente Francisco
de Miranda y el Edif. Kathy Rose, donde se encuentra ubicada una imprenta.
El gráfico 2, muestra el área geográfica que cubre el
Consejo Comunal El Caribe, según los acuerdos establecidos entre la Fundación
para el Desarrollo y Promoción del Poder Comunal (FUNDACOMUNAL) y el Consejo Comunal El
Caribe, para el registro de la gestión 2010 – 2012.
En el plano se pueden observar las líneas rojas que
indican el área geográfica de las calles principales y callejones, así como las
viviendas, comercios, escuelas, zonas verdes y otras estructuras ubicadas en el
área geográfica del Consejo Comunal El Caribe.
Una vez estudiada la localización de la Comunidad El
Caribe mediante su representación cartográfica dentro del Perfil Territorial,
se continuará con el esquema de la guía práctica para realizar un estudio de
comunidades en un área de intervención, de Ander-Egg (1.999), específicamente
en el análisis de las estructuras físicas fundamentales, como segundo aspecto
contemplado en el Perfil Territorial.
Estructuras
Físicas Fundamentales
Las estructuras físicas fundamentales de una comunidad,
representa los datos estructurales que caracterizan exteriormente a la
comunidad, al mismo tiempo que condicionan muchos aspectos de los que viven en
ella. Dentro de estos datos se pueden encontrar las características generales
de la comunidad, el aspecto geológico, el aspecto ecológico, el clima, la
vegetación, la fauna y la hidrografía.
De seguida se describirán brevemente las estructuras
físicas fundamentales de la Comunidad El Caribe, a fin de tener algunos
referentes sobre éstos aspectos. Es importante resaltar que estas estructuras
físicas podrían tener influencia, tanto en las problemáticas que presenta la
comunidad, como en las posibles soluciones que se plantearan en los planes de
acción para intervenir la realidad existente a fin de transformarla.
Características
Generales.
La Comunidad El Caribe está ubicada en el Distrito
Capital, específicamente en la Parroquia Sucre, por lo que a continuación se
describirán las características generales tanto del Distrito Capital, como de
la Parroquia Sucre, para hacer referencia a su vez a las características
generales propias de la Comunidad El Caribe. Esta reseña por acercamiento se
realiza, debido a que no existen registros específicos que reseñen la comunidad
en estudio.
El Distrito Capital, según Marcano (2008) está dividido
en “22 parroquias que ocupan un área de 369 (km2), con una población de
1.975.786 habitantes para el año 2000 y una densidad de 5.348 hab/km2.”
(p.115). Sin embargo el Instituto Nacional de Estadística (INE), afirma que El
Distrito Capital para el año 2011, la Superficie era de 433,1 (km2) con una
población de 2.109.166 habitantes y una densidad de 4.869,9 (hab. / Km2), observándose un incremento de
la población con respecto a los datos de Marcano y por ende una disminución de
la densidad poblacional por kilómetro cuadrado.
Marcano (2008) presenta también la tabla sobre densidad
según parroquia del Distrito Capital para el año 2000, donde la superficie de
la Parroquia Sucre es de 54,79 km2, con una población de 393.075 habitantes,
para una densidad de 7.174 hab./km2. (p.117). El INE presenta una cifra
diferente en la Parroquia Sucre para el año
2011, siendo la superficie de 58.3 km2, la población de 399.153 de
habitantes y una densidad de 6.846.5 hab/km2 (gráfico 3) observándose igualmente un incremento de la
población con respecto a los datos anteriores y una disminución de la densidad
poblacional por kilómetro cuadrado. Según la información suministrada por los
informantes clave, específicamente los voceros del Consejo Comunal relacionados
al área de la comisión electoral, la comunidad El Caribe tiene una población
aproximada de 250 familias y 750
personas.
El INE en su
portal WEB, señala que el Distrito Capital está ubicado en uno de los
principales valles de la Cordillera Central, (Valle de Caracas) dominado por
dos sierras, muy cerca de las costas bañadas por el Mar Caribe. Se encuentra
separada de éstas por el majestuoso Cerro El Ávila cuya altura se eleva a los
2600 metros. Stockhausen H., y colaboradores (2000), describen que la Sierra
del Ávila se encuentra interrumpida por el Valle de la Quebrada Tacagua,
ubicada cerca de la autopista Caracas – La Guaira, cuyo origen se debe a la falla del mismo
nombre. Una característica fundamental del relieve es la presencia de
anticlinales y sinclinales, así como un complejo sistema de fallas. Marcano
(2008) caracteriza el Distrito Capital como un espacio central de pendiente
suave, rodeado por montañas muy altas al norte, por colinas al sur y montañas
de altura media en su parte oeste; por su lado este se continúan las pendientes
suaves del valle de Caracas.
El INE en su
portal WEB, también identifica los límites del Distrito Federal por el Norte
con el estado Vargas, por el Sur con los estados Aragua y Miranda, por el Este
con el estado Miranda y por el Oeste con el estado Aragua. Marcano (2008)
realza la localización de Caracas en el centro norte de Venezuela, a sólo 17
Km. de las costas del mar Caribe, con uno de los más importantes aeropuertos
internacionales de la región, un puerto internacional y su carácter de capital
del mayor exportador de petróleo del mundo occidental le confiere relevancia e
importancia geopolítica.
Aspecto Geológico
Vila (1967) nos habla sobre el proceso histórico –
geológico del Distrito Capital, el cual es el mismo proceso histórico –
geológico de la Cordillera del Caribe, ya que la totalidad de su
territorio es parte integrante de esta
formación orográfica. Se inicia el estudio en el Cretáceo Inferior, cuando toda
la zona estaba cubierta por un mar poco profundo, al igual que gran parte de la
Venezuela septentrional. Al pasar al Paleoceno, las condiciones comenzaron a
cambiar transformándose en una zona de gran inestabilidad con intensos y
recurrentes movimientos diastrófisicos, tomando la actividad ígnea fuertes
proporciones junto a las fuerzas comprensivas altamente intensas dentro del
geosinclinal, dando lugar a intensos plegamientos y al metamorfismo de una gran
parte de los materiales sedimentarios y los depósitos volcánicos. Estos hechos
dieron lugar a la formación de rocas metamórficas como esquistos, conglomerados
cuarcitas, greenschists, mármoles, cuarciticos, entre otros, encontrándose
actualmente estas rocas en la cordillera de la costa y la serranías del
interior de los sectores correspondientes, que rodean la capital.
Vila (Ob. Cit) nos narra que es posible que en el final
del cretáceo ya existiera la cordillera de la costa. En el Eoceno Inferior a
Medio, posiblemente se produjo una elevación de esta cordillera, con desviación
hacia el norte. En esta época, el contorno de las tierras que integran el
Distrito Capital había tomado una forma parecida a la actual, sin embargo, para
el Eoceno Medio a Superior estaría parcialmente bajo el mar, siendo en el
Terciario Medio a Superior cuando los levantamientos alcanzaran las dimensiones
mayores. La última etapa comprende el Terciario Superior Cuaternario durante la
cual la morfología de la región tomó las actuales características.
El Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) en su portal
Web, también describe que hace unos 40 millones de años, en la época del Eoceno
se inicia el proceso de formación de la cordillera de la costa como
consecuencia del hundimiento de la placa del Caribe debajo de la placa
Sudamericana (gráfico 4). Como consecuencia de tal proceso de subducción de
parte de la placa del Caribe se produjo un proceso de plegamiento en la placa
Sudamericana dando origen así a la formación la cordillera de costa y por ende
a la porción central de dicha cordillera que es la que ocupa hoy día el Parque
Nacional el Avila, con el reciente nombre Waraira Repano, estando la Comunidad
El Caribe al oeste en las faldas de montaña de éste Parque. Por ésta razón,
muchas de las estructuras físicas fundamentales pertenecientes a este parque,
se trasladan a las de la comunidad en estudio.
El INE en su portal Web, hace mención a que el Distrito
Capital se encuentra emplazado en un valle tectónico producto de los
movimientos de elevación experimentados por la serranía del Litoral, en el
Paleozoico, y de movimientos más recientes resultantes de la elevación de la
serranía del Interior, con frecuentes cambios tectónicos. Un ejemplo reciente de estos cambios los
constituyó las transformaciones de relieves ocurridos a consecuencia de la
catástrofe de Vargas en 1999 y de los derrumbes recientes, en el 2010 de la
parte alta de Alta Vista (donde está ubicada la comunidad El Caribe), sector
San Isidro y de la parte alta de los Frailes, Sector Macayapa.
El INE en su portal Web, señala que el valle del Distrito
Capital se encuentra dividido por cauces de agua cuyos aportes aluviales
generaron suelos de potencialidad agrícola que fueron cultivados desde fines
del siglo XVI, hasta las primeras décadas del presente siglo; el desarrollo experimentado
por la ciudad en los últimos sesenta años ha impuesto el patrón urbano como uso
casi exclusivo. Para conocer más sobre el tema de los suelos, se presenta a
continuación los aportes ofrecidos por diferentes fuentes sobre el tema.
Geología del valle de
la quebrada Tacagua: Stockhausen H., y colaboradores
(2000), señalan que la quebrada Tacagua nace a solo 1860 m al NE del barrio
Blandín y aproximadamente a 1500 del sector
de Alta Vista, donde está ubicada la comunidad El Caribe, a una cota de
1400 m y con una pendiente inicial entre 25º a 15º hacia el SW. A nivel de
Blandín gira para adquirir y seguir un curso de pendiente mucho más suave y
controlado por la falla Tacagua-El Ávila, cuya orientación es WNW-ESE. En los
primeros 10 km, la quebrada Tacagua corta una buena sección de l a fm. Peña de
Mora, o como se le conoce más recientemente Augengneis de Peña de Mora dentro
del Complejo Ávila, la cual está compuesta por gneises, augengneis, cuarcitas,
esquistos cuarzo-muscovíticos y ocasionales anfibolitas, encontrándose estas
últimas tanto en las cabeceras de la quebrada Tacagua como en una franja de
unos 3 km entre Blandín y Plan de Manzano.
Inestabilidad en el
Valle de Tacagua: Según Stockhausen H., y colaboradores
(2000), el sector afectado en Alta Vista, en los derrumbes del año 1999, se
debe a que en la ladera oeste que da hacia la carretera vieja Caracas-La
Guaira, donde la alta pendiente superior a los 70º, los suelos saprolíticos de
la fm. Las Mercedes y la intervención antrópica, produjeron deslizamientos que tapiaron
parcialmente la carretera vieja y arrastraron consigo algunas viviendas
informales ubicadas al otro lado de la vía (grafico 6). A diferencia de de los
derrumbes producidos en Gramovén en ese mismo año, la remoción antrópica de la cubierta vegetal, aunado a la
modificación topográfica por terraceos, jugó un papel importante para activar
los deslizamientos. Los dos deslizamientos de Altavista sobre la carretera
vieja tienen una extensión de unos 100 m de altitud por 50 de longitud,
depositando sobre la carretera un espesor aproximado de 4 m de saprolitos y
escombros, sólo removieron la parte superficial, sin llegar a exponer los
esquistos frescos de la fm. Las Mercedes.
Stockhausen H., y colaboradores (Ob.cit.) señalan que los
fenómenos ocurridos en diciembre de
1999, se deben principalmente a la conjunción de, al menos por la fm. Las Mercedes, compuesta de esquistos
grafitosos muy deleznables y que tienden a deslizar en laderas de alta
pendiente, y la ocurrencia de lluvia antecedente durante los primeros días de
diciembre que saturaron los suelos de las laderas del Ávila, aumentado su peso,
disminuyeron la fricción entre los granos, que desencadenaron los derrumbes,
deslaves y ocasionaron los aludes torrenciales. En la zona de Gramovén y
Altavista ubicados sobre una sección de la fm. Las Mercedes presentaron
esencialmente problemas de deslizamientos, muchos de ellos generados durante el
sismo de 1967 y reactivados con las lluvias. El hecho que las personas
construyeran viviendas informales sobre deslizamientos fósiles, sobre los
lechos de las quebradas e intervinieran
antrópicamente los suelos y laderas de alta pendiente, aumentó
considerablemente la vulnerabilidad del área y fue la causa principal de las
pérdidas humanas.
Suelos: Graciano,
Viloria y Rosales (2008) nos hablan de los Suelos de Referencia, que en
términos generales, son moderadamente profundos (75 a 100 cm), de texturas
medias a finas y cuyo contenido de arcilla incrementa con la profundidad. Es
moderadamente pedregoso, con contenidos medios altos de materia orgánica en los
horizontes superficiales, con bajo porcentaje de saturación con bases, ácido,
bien estructurado y horizontes medianamente diferenciados. Es bien a algo
excesivamente drenado y presenta un equilibrio dinámico entre las pérdidas por
erosión y lixiviación, los aportes de materia orgánica y el reciclado de
nutrientes por la vegetación y las transformaciones pedogenéticas. Las
principales variaciones respecto al suelo de referencia se deben a los cambios
de clima, relieve, materiales parentales y tiempo de evolución. En las cumbres
más altas, tales como las que se corresponden con las selvas nubladas de los
Parques Nacionales Henri Pittier y El Ávila, se presentan suelos muy
evolucionados y profundos y clasifican como Haplohumults (menor temperatura) y
Hapludults (mayor humedad). Dentro de esta región se presenta un conjunto de
valles intramontanos muy aptos para la agricultura. En este mismo orden de
ideas, Marcano (2008) nos presenta su visión, al señalar que el valle del
Distrito Capital esta dividido por cauces de agua cuyos aportes aluviales
generaron suelos de potencialidad agrícola que fueron cultivados desde fines de
siglo XVI, hasta las primeras décadas del presente siglo. El crecimiento
experimentado por la ciudad en los últimos sesenta años como se mencionó
anteriormente, ha impuesto el patrón urbano como uso casi exclusivo. Sus suelos
son de tipo aluvial y de origen cuaternario, cubren todo el vale de Caracas y
gran parte de los lechos de los ríos y las quebradas; en las zonas de montaña,
son residuales pertenecientes a la formación geológica del grupo Caracas.
Relieve:
Graciano, Viloria y Rosales (2008) Identifican dentro de los relieves altos que
separan el continente sudamericano del mar Caribe a los estados Cojedes,
Guárico, Lara, Yaracuy, Falcón, Carabobo, Aragua, Vargas, Miranda y el Distrito
Capital y una pequeña extensión del norte de Anzoátegui. Los tipos de
configuración predominantes en la región fisiográfica cordillera de la Costa
Central, son las serranías de alturas medias y bajas en estadio de evolución madura
a senil, valles intra e intermonstanos en forma de V con fondo estrecho, o con
fondos amplios rellenos de sedimentos frecuentes dispuestos en terrazas. El alargamiento mayor de la cordillera es en
sentido este – oeste, según el cual se extiende por unos 300 km constituyendo
en ese tramo el límite norte del continente sudamericano. El ancho, en sentido
norte – sur, alcanza aproximadamente 100 km. Se presentan varias fallas
mayores, paralelas al rumbo de los ejes de los plegamientos: falla del Caribe,
de Macuto, de la Victoria, de Agua Fría.
Vila (1969) identifica que la cuenca de Unare y la
depresión del Yaracuy dividen la orografía norteña, en tres sistemas montañosos
extendidos de oriente a occidente, la altura de éstos aumenta en cada tramo, a
la vez que varían la morfología y las formaciones geológicas respectivas. El
haz montañoso central, formado por la Serranía del Interior y la Cordillera de
la Costa, tiene su mayor elevación en la cresta de Naiguatá, que llega a 2.765
m. (P. 14). Este mismo autor hace mención a la
orografía de la región al señalar el abra de Catia, en donde la cumbrera
litoral desciende de pronto hasta 958 metros; pero, a continuación, remonta
rápidamente frente a Caracas y su valle a más de 2.000 (P95). La comunidad El
Caribe se encuentra ubicada entre éste abra de Catia y el ascenso de la
serranía hacia Caracas.
El portal Web del INE, nos señala en líneas generales,
que el paisaje del Distrito Capital está formado por dos conjuntos montañosos y
un valle en el cual se asienta la ciudad Caracas. Al norte se levanta la sierra
del Avila, cadena de montañas con alturas superiores a los 2.000 m, como el
Topo Infiernito (1.839 m) y el pico El Avila (2.159 m), al sur se alinea una
serie de pequeñas montañas y colinas. Entre esos dos cuerpos montañosos se
extiende el valle de Caracas, un valle tectónico de escasa pendiente, cuyo
drenaje principal es el río Guaire. Los sedimentos provenientes de la serranía
y los aportados por los ríos han rellenado la depresión hasta su configuración actual.
Es el área más densamente poblada del país.
De seguida se continúa con las estructuras físicas
fundamentales, haciendo mención a los aspectos ecológicos.
Aspectos
Ecológicos
Clima:
Marcano (2008) señala que el clima del Distrito Federal
tiene variaciones que dependen de su altura y de la cordillera del Litoral, que
actúa como barrera natural impidiendo la influencia de los factores climáticos
vinculados a la vertiente del Caribe del Litoral Central, lo cual, asociado con
la altura entre 950 y 2.000 msnm, le permite contar con un clima bastante
benigno, caracterizándose por tener un clima húmedo mesotérmicos con altas
temperaturas durante todo el año, y una media superior a los 18º C en el mes
más frío. La temperatura media anual del valle de Caracas es de 22º C. Tiene
períodos de Lluvia y de sequía bien definidos: el período lluvioso se presenta
de mayo a noviembre en la mayoría de las localidades, pero puede ser también
entre abril y noviembre o entre mayo y octubre. El período de lluvia coincide con
la época de mayor radiación solar y con la acción de la convergencia
intertropical, asociada a vientos inestables; mientras que el período seco con
los meses de menor radiación y con la acción de masas de aire mucho más
estables y más secas. La precipitación anual oscila entre 1200 y 1600 mm.
En este mismo orden de ideas Vila (1969) plantea que sin
la orografía que realza el terreno, las temperaturas oscilarían, alrededor de
los 27º, en todo el ámbito nacional. Donde asciende el relieve la temperatura
baja, ésta disminuye desde el nivel del mar hasta las elevadas cumbres nevadas
de la Sierra de Mérida. (P161). El ritmo decreciente de los promedios anuales
en relación con el ascenso del relieve, atestigua la influencia expresada; a la
vez que confirma las características térmicas de los pisos y la limitación
transicional de los mismos, como se verán en las estaciones típicas siguientes.
Vila (Ob.cit.) continúa su análisis, señalando que alrededor de la cota 800,
una temperatura menos ardorosa advierte, generalmente, que se entra en una
tierra templada. En cada ascenso ésta se hace más fresca hasta bordear las
tierras donde ya se siente frío. La transición se muestra bien con las
poblaciones que se anotan: Caracas, a nivel de San José del Ávila: 998 m 21º 1
y Caracas a nivel del Observatorio Cagigal: 1.043 m 20º 2 (P163). El
señalamiento de las temperaturas en relación con la altitud, es un dato que
debe tenerse en cuenta al estudiar el clima, sin embargo, si éste resultara
insuficiente, se completaria la presentación de aquellos promedios con la
indicación del régimen térmico anual, con el registro de las amplitudes
mensuales durante el año y, en cuanto sea posible, dando también las amplitudes
diarias que suelen haber entre las máximas y mínimas. Vila (Ob.cit.) señala que
los períodos mensuales de más altas temperaturas no corresponden, a los meses
de mayor iluminación solar del hemisferio norte, es decir, a junio, julio y
agosto (P167). Sino muy diversamente las temperaturas máximas al año se
presentan, sobre todo, en los períodos equinocciales de primavera y otoño
(marzo – abril y septiembre – octubre);
que en algunos lugares se corren hasta mayo y noviembre, respectivamente; y aun
en el último lapso suelen anticiparse hasta agosto. Es este el caso de la ciudad
de Caracas, tal como se observa en el cuadro 1.
Caracas, por su proximidad al Abra de Catia y por
influencia de la agrupación urbana tiene propiamente un microclima particular,
en el cual apenas se distinguen entre sí los dos máximos, y aun éstos caen en
agosto y octubre. Vila (Ob.cit.) señala la influencia de los fuertes fríos del
hemisferio norte, que se dejan sentir en diciembre y enero, en lugares donde la
altitud es ya de tierra templada, como en el Valle de Guatire; las amplitudes
anuales se hacen notables, pues pueden pasar de 20º (Caracas) y aun llegar a
extremos absolutos de más de 25º (Caracas, Colonia Tovar). Hay que decir que
son un tanto excepcionales estas cifras, pues raramente son sobrepasadas en el
país. Esta particularidad se debe a que esta zona montañosa es mas afectada por
el hálito frío de aquellas masas invernales de aire norteño, que penetran para
la capital por el abra de Catia, y para la Colonia Tovar por las ensilladuras
de la cordillera. La mínima diaria en aquellos meses baja a 10º en Caracas y
aun a 7º en la Colonia Tovar; mientras que las máximas respectivas suelen subir
a 32º en abril y a 25º en marzo; habiéndose observado en ambos lugares extremos
absolutos de 33º 3, y de 7º1, en la capital y 28º 2º9 en la citada Colonia.
Vegetación
Vila (1969)
describe que en los piedemontes de la orografía norteña, de cara a los vientos
del sudeste, portadores de lluvia, reaparece el bosque. Suele ser una selva
veranera con árboles de hojas caedizas, según que el período seco sea más o
menos escaso de lluvias. (P17). Por lo general, en esta zona de galeras y
cuestas, el bosque sólo se muestra a retazos. Debido a la deforestación, en
muchos lugares no es más que un rastrojo arbóreo. Sabanas naturales suelen
cubrir los faldares de las vertientes empinadas. Excepcionalmente, cumbres de
cuchillas y cerros presentan copetes forestales. En este mismo orden de ideas, Huber (2008) señala que la vegetación natural
predominante al norte del Distrito Capital, en las cercanias del Cerro El
Ávila, es boscosa con un discreto número
de endemismos observándose una secuencia de pisos altitudinales que parte con
bosques caducifolios tropófilos en al base, sucedidos por bosques
semicaducifolios submontanos de transición (bosques alisios) y finalmente, por
una franja bien desarrollada de bosques ombrófilos submontanos a montanos, los
así llamados bosques nublados costeros. Marcano (2008) hace referencia que la
incidencia en la localización de las especies vegetales se debe a la diferencia
topográfica entre los espacios de valles y montañas, aunada a la humedad variable.
Las zonas de valle presenta matorrales en algunos pocos espacios, debido a la
fuerte intervención humana, en tanto que las zonas de mayor altitud, coincide
con Vila y Huber, al señalar que existen paisajes boscosos y áreas de
vegetación con funciones de protección de cuencas.
En el Caribe en el Sector de Alta Vista, la altura de la
comunidad es equivalente a la arteria vial Cota Mil, por lo que tendría
aproximadamente entre 800 metros y 1200 metros sobre el nivel del mar (msnm).
Los ecosistemas presentes en esta altura coinciden con Bosques sublas
características descritas por Vila, Huber y Marcano, siendo montanos
siempreverdes localizados desde los 800 a 1500 msnm, y en la Vertiente Sur:
Sabanas arboladas que aparecen en la ladera sur desde los 800 msnm y que en
ocasiones alcanzan los 1.200 msnm. En el portal Web de Wikipedia, se observa
coincidencia con lo antes señalado, localizando la zona norte del Distrito
Capital en la categoría de bosque ombrófilo
sub-siempreverde, que se caracteriza por presentar 2 a 3 estratos arbóreos y
sotobosque relativamente denso. Lo interesante de Wikipedia es la descripción
realizada a las especies encontradas en esta zona: las familias de las
orquídeas, helechos, bromeliáceas, aráceas, y se han reportado especies
endémicas de las familias Sapindaceae, Melastomataceae, Rubiaceae y Myrtaceae,
así como helechos arborescentes y palmeras (Ceroxylon ceriferum). Presenta
sabanas de origen antrópico en donde predominan especies como el capín melao
(Melinis minutiflora) y el bambusillo (Arthrostylidium venezuelae), la tara
amarilla (Oyedaea verbesinoides) y el incienso (Espeletia neriifolia).
Fauna
Aguilera y Pérez (2008) identifican que en la cordillera
de la Costa Central viven las siguientes especies endémicas de anfibios: las
ranitas de cristal, los sapitos niñeras, el sapito acollarado, las ranas
marsupial, entre otras. También se puede citar dentro de los mamiferos la
presencia de varios roedores, y del Marsupial. Dentro de las aves se encuentra
el tucusito, el guitio, el hormiguero, el tapaculo y el atrapamoscas. La fauna
es muy variada, tomando la referencia
del portal Web de INPARQUES donde señala que existen mamíferos, aves, reptiles
e invertebrados. Entre los mamíferos que han desarrollado su hábitat en este
parque tenemos el rabipelado,
murciélagos, el Puma, el venado matacán, el zorro, el cachicamo, el
cunaguaro, la lapa, ardilla, el picure, el puercoespín, entre otros. De las
aves, al menos trece especies son endémicas o presentan una distribución
restringida, cabe mencionar la guacharaca, el cristofue, el querrequerre, el
turpial y aproximadamente unas 36 especies de colibríes. Los reptiles están
representados principalmente por las serpientes, entre las que destacan la
cascabel, la tigra mariposa y varias especies de corales (Micrurus isozonus y
Micrurus mipartitus semipartitus) también son muy común el camaleón y la
iguana. En los que respecta a invertebrados tenemos: crustáceos que se hallan
representados por los cangrejos de agua dulce,
escorpiones representados por especies de la familia Chactidae y
Buthidae, representando una gran peligrosidad por lo dañino del veneno de estas
especies. Se han encontrado también, vectores infectados del Trypanosoma cruzi,
conocido popularmente como Chipo y que se presume han llegado a la
comunidad huyendo de los incendios
forestales que ocurren en la época de sequía. Se ha podido observar también por
parte del investigador y de los informantes claves, especies de loros o
cotorras de tamaño mediano y pequeño, así como canarios silvestres y azulejos.
Hidrografía
Marcano (2008) afirma que el sistema hidrográfico del
Distrito Capital está dominado por la cuenca del río Guaire, el cual colecta
las aguas procedentes de la sierra del Ávila y de las montañas ubicadas al
oeste y al sur del valle de Caracas y las vertientes en el río Tuy. El Guaire
resulta de la unión de los ríos San Pedro y Macarao en el sector de las
Adjuntas. Sus afluentes son pequeños cursos de agua; los más importantes por la
margen izquierda son las quebrada de Caruata, Catuche, Honda, Maripérez, El
Cuño y El Ávila. Por el sur, el afluente más relevante es el río El Valle.
A lo largo de todo el Parque Nacional Waraira
Repano, según el portal Web de
Wikipedia, se encuentran múltiples quebradas, arroyuelos y ríos, siendo estas
vertidas en otros cursos de agua que nacen en los linderos del parque en la
cuenca del Río Guaire principal río de la ciudad de Caracas, hasta el litoral
del estado Vargas, directamente al mar Caribe. Aunque el caudal de todas estas
quebradas o ríos no es de gran envergadura, sí son corrientes permanentes de
agua por tener sus cabeceras a gran altura (casi siempre a más de 2000 msnm)
donde, sobre todo durante la noche, se presenta una condensación muy intensa y
continua (más de 3000 mm de lluvia al año), aunque esta cifra se reduce mucho a
medida que bajamos hacia las faldas de la montaña a ambos lados de la misma
(norte y sur). Todas estas quebradas son del tipo longitudinal. La vertiente
más cercana a la Comunidad El Caribe y al Sector Alta Vista es la Quebrada
Tacagua.
Parque Nacional El Ávila actualmente Waraira
Repano
Los parques
nacionales ofrecen una protección legal a las áreas naturales, con la finalidad
de preservar en su estado natural porciones del territorio nacional y sus
recursos naturales como muestras representativas de rasgos físicos, biológicos
y escénicos sobresalientes para el disfrute de las generaciones presentes y
futuras. Constituyen sitios de interés estratégico, porque en ellos se genera
gran parte del agua para el consumo humano y el desarrollo integral, por lo que
constituyen áreas claves para el bienestar de la sociedad. Preservando estas
áreas se protegen nacientes e importantes extensiones de cuencas hidrográficas
que satisfacen las necesidades las necesidades de agua de los principales
centros urbanos del páis y abastecen del vital líquido a la actividad
industrial y agrícola. Por estar rodeado el Distrito Capital del parque
nacional El Ávila denominado actualmente como Waraira Repano, inmerso también
en éste, la Parroquia Sucre y la Comunidad El Caribe, se considera importante
el abordaje de su estudio.
Marcano (2008) nos narra que el El Ávila, fue declarado
Parque Nacional, por su biodiversidad y riqueza ambiental, el 12 de diciembre
de 1958, con el Decreto No 473, publicado en Gaceta oficial No 25.841. En ese
momento, el área asignada abarcaba e la vertiente sur del municipio Libertador,
las parroquias Sucre, La Pastora, Altagracia, San José, La Candelaria y El
recreo, y los municipios Chacao y Sucre del estado Miranda. La ausencia de una planificación efectiva de
los espacios aptos para el desarrollo de las actividades propició una fuerte
invasión de población de bajos recursos en la parte oeste del parque que da
hacia Caracas e hizo necesaria la promulgación de un nuevo decreto, el No 1.216
del 02 de diciembre de 1991, publicado en gaceta Oficial No 4.250
extraordinaria del 18 de enero de 1992, donde se declara Áreas de Protección y
Recuperación Ambiental, una superficie aproximada de 1.774 ha, para ser
estudiadas y revertir el grave deterioro urbano que esas invasiones habían
producido. A este efecto se realizó en 1992 por el MARNR un Plan de
Ordenamiento y Manejo.
Parques
del Distrito Capital
El Distrito Capital, según Marcano (Ob. cit.) cuenta con ocho parques
metropolitanos: los dos más antiguos son El Calvario (siglo XIX) y el de los
Caobos (principios del siglo XX), no están demarcados como ABRAE, los otros
seis sí están amparados por esta figura y han sido decretados en la segunda
parte del siglo XX: El Vicente Emilio Sojo; Jóvito Villalba hoy Parque del
Oeste Alí Primera, Zoológico de Caricuao, comprendido dentro del Parque Natural
de Caricuao, Leonardo Ruiz Pineda; Norte y Universidad de la Paz. Se selecciona
El Parque del Oeste Alí Primera, por estar cercano a la comunidad en estudio.
Conocido popularmente como el Parque del Oeste, Marcano (Ob. cit.) señala que
fue creado por decreto No 418, el 06 de diciembre de 1979 y sancionado en la
Gaceta Oficial No 31.885 de fecha 17 de diciembre de 1979. Contiene el Museo
del Oeste Jacobo Borges, espacio destinado a exhibir las obras de los mejores
artistas plásticos del país. Hasta el momento, sólo se han desarrollado 14 ha,
es decir, un 30% del total. El resto del área decretada sigue sin haber sido
adquirida en su totalidad y está ocupada por talleres y edificaciones muy
deterioradas, las cuales será necesario eliminar. Este parque se encuentra en
el corazón de la populosa parroquia Sucre, la cual tiene déficits importantes
de espacios abiertos, por lo cual es necesario acometer la adquisición de los
terrenos faltantes, la realización de los proyectos necesarios y la
construcción de las obras que permitan abrirlo al público.
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la quebrada Tacagua, sector Gramovén, Blandin y Alta Vista. Funvisis.
Gráfico 6. Vista general del sector Alta Vista, donde se aprecia uno de los dos
deslizamientos que tapiaron la carretera vieja Caracas – La Guaira. Tomado de: Stockhausen H., Audemard F.,
Rodríguez J., Singer A. y Schmitz M. (2000). Deslizamientos, aludes y deslaves
en el valle de la quebrada Tacagua, sector Gramovén, Blandin y Alta Vista.
Funvisis.
Gráfico 7. Vista general de la quebrada Tacagua hacia el viaducto III, con sus
meandros y amplio cauce. Tomado
de: Stockhausen H., Audemard F., Rodríguez J., Singer A. y Schmitz M. (2000).
Deslizamientos, aludes y deslaves en el valle de la quebrada Tacagua, sector
Gramovén, Blandin y Alta Vista. Funvisis.